martes, 8 de mayo de 2012

"No, no quiero verlo convertido en bronce."


Carta de Aurelia Vélez donde recuerda a su amado Sarmiento al enterarse de la creación de su estatua en Palermo.

“…ese fue mi hombre. Yo lo abracé y lo besé. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y él la sostuvo con esas manos enormes y fuertes. Compartí sus incertidumbres y sus angustias. Lo vi dudar y alegrarse. Tuvimos miedo y muchas veces lloramos juntos. Y ahora quedará hecho estatua en medio de esos árboles de los que tantas veces me habló y que yo misma lo vi plantar. No, no quiero verlo convertido en bronce…”

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