lunes, 26 de agosto de 2013

"Le pregunto a mi corazón por qué tu y no algún otro"





Mi amor, hoy me acordé de tí aunque no lo mereces tengo que reconocer que te amo. Cómo olvidar aquel día cuando te pregunté sobre mis cuadros por vez primera. Yo, chiquilla tonta; tu, gran señor con mirada lujuriosa me diste la respuesta aquella, para mi satisfacción por verme feliz, sin conocerme siquiera me animaste a seguir adelante. Mi Diego del alma recuerda que siempre te amaré aunque no estés a mi lado. Yo, en mi soledad te digo, amar no es pecado a Dios. Amor, aún te digo si quieres regresa, que siempre te estaré esperando. Tu ausencia me mata, haces de tu recuerdo una virtud. Tu eres el Dios inexistente cada vez que tu imagen se me revela. Le pregunto a mi corazón por qué tu y no algún otro. Suyo del alma mía. 

Frida K.

jueves, 22 de agosto de 2013

"Qué feliz me sentiría si te pudiese abrazar en este instante"







Carta de Johann Strauss a Olga Smirnitzk

30 de Julio de 1859

¡Olga! Qué feliz me sentiría si te pudiese abrazar en este instante, tal como te apreté contra mi corazón esta mañana. Siento ahora más profundo aún mi apasionado amor hacia ti después de haber penetrado hondamente en mi corazón los melodiosos sonidos, los gritos dolorosos de Shumann, que sufre de los mismos sentimientos y es infeliz como yo.  ¿Niña mía, puedes comprender por qué soy infeliz? Porque en este instante no puedo comunicar mi dolor a nadie, porque necesito, para mi consuelo, de la comprensión. Solo, abandonado, me siento en mi habitación solitaria, ocupado únicamente con mis tristes pensamientos… Tenías razón, niña mía, al observar que en el concierto de hoy estuve más serio que de costumbre, o más triste, como tú decías; ya antes del concierto me asaltó, sin causa aparente, una suave melancolía, que agrandada hasta el máximo por la música de Schumann, amenazó con romper mi corazón. ¡Qué infeliz me siento! ¿Por qué no puedes estar conmigo? ¿Por qué no puedo vivir como un hombre cualquiera? Me consolaré por medio de la música, trataré de hacerlo... Pero no puedo seguir ahora, mis nervios tiemblan, la fuerza me abandona… ¡Olga, qué infeliz soy! Apenas tengo fuerza para escribir estas líneas. Jamás me compadecí. Ay, Olga, presiento que moriré pronto…y solo…Pero es mejor que nadie sepa lo que sufrí.

Tu Jean

jueves, 8 de agosto de 2013

"Te espero de la mañana a la noche y no te veo llegar"







Carta de Marie a Pierre Curie

Mi querido esposo, hace buen tiempo, el sol brilla, hace calor. Estoy muy triste sin ti; ven pronto, te espero de la mañana a la noche y no te veo llegar. Yo estoy bien, trabajando todo lo que puedo, pero el libro de Poincaré es más difícil de lo que creía. Debo comentarlo contigo y que veamos juntos lo que tanto me ha costado.

miércoles, 7 de agosto de 2013

"No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir"






Carta de Khalil Gibrán a Mary Haskell

10 de Septiembre de 1920

Para vivir es necesario coraje. Tanto la semilla intacta como la que rompe su cáscara tienen las mismas propiedades. Sin embargo, sólo la que rompe su cáscara es capaz de lanzarse a la aventura de la vida.
No importa lo que me espera, yo deseo estar con el corazón abierto para recibir. Que yo no tema hacer algo que nadie hizo antes. Déjame ser tonto hoy, porque la tontería es todo lo que tengo para dar esta mañana; me pueden reprender por eso, pero no tiene importancia. Mañana, quién sabe, yo seré menos tonto.

Cuando dos personas se encuentran, deben ser como dos lirios acuáticos que se abren de lado a lado, cada una mostrando su corazón dorado, y reflejando el lago, las nubes y los cielos. No logro entender porqué un encuentro genera siempre lo contrario de esto: corazones cerrados y temor a los sufrimientos.

Cada vez que estamos juntos, conversamos durante cuatro, seis horas seguidas. Si pretendemos pasar juntos todo este tiempo, es importante no tratar de esconder nada, y mantener los pétalos bien abiertos.


lunes, 5 de agosto de 2013

"Mi alma se ha ido contigo"




Carta de Pierre Curie a María Curie


“Mi querida y dulce niñita, a la que quiero tanto, he recibido hoy tu carta y soy felicísimo. Aquí no hay nada en particular, sino es que te echo mucho de menos: mi alma se ha ido contigo”.