Carta de Johann
Strauss a Olga Smirnitzk
30 de Julio de 1859
¡Olga! Qué feliz me sentiría si te pudiese abrazar en este
instante, tal como te apreté contra mi corazón esta mañana. Siento ahora más
profundo aún mi apasionado amor hacia ti después de haber penetrado hondamente
en mi corazón los melodiosos sonidos, los gritos dolorosos de Shumann, que
sufre de los mismos sentimientos y es infeliz como yo. ¿Niña mía, puedes comprender por qué soy
infeliz? Porque en este instante no puedo comunicar mi dolor a nadie, porque
necesito, para mi consuelo, de la comprensión. Solo, abandonado, me siento en
mi habitación solitaria, ocupado únicamente con mis tristes pensamientos…
Tenías razón, niña mía, al observar que en el concierto de hoy estuve más serio
que de costumbre, o más triste, como tú decías; ya antes del concierto me
asaltó, sin causa aparente, una suave melancolía, que agrandada hasta el máximo
por la música de Schumann, amenazó con romper mi corazón. ¡Qué infeliz me
siento! ¿Por qué no puedes estar conmigo? ¿Por qué no puedo vivir como un
hombre cualquiera? Me consolaré por medio de la música, trataré de hacerlo...
Pero no puedo seguir ahora, mis nervios tiemblan, la fuerza me abandona… ¡Olga,
qué infeliz soy! Apenas tengo fuerza para escribir estas líneas. Jamás me
compadecí. Ay, Olga, presiento que moriré pronto…y solo…Pero es mejor que nadie
sepa lo que sufrí.
Tu Jean
No hay comentarios:
Publicar un comentario