lunes, 5 de marzo de 2012

"Esta inmensa soledad está llena de tu recuerdo."






Martín García, 14 de octubre de 1945

Sta. Evita Duarte

Buenos Aires

Mi tesoro adorado:

Solo cuando nos alejamos de las personas queridas podemos
medir el cariño. Desde el día que te dejé allí, con
el dolor más grande que puedas imaginar, no he podido
tranquilizar mi triste corazón. Hoy sé cuánto te quiero
y que no puedo vivir sin vos. Esta inmensa soledad está
llena de tu recuerdo.
Hoy he escrito a Farrel pidiéndole que me acelere el
retiro, en cuanto salgo nos casamos y nos iremos a cualquier
parte a vivir tranquilos.
Por correo te escribo y te mando una carta para entregar
a Mercante. Esta te la mando por un muchacho por-
que es probable que me intercepten la correspondencia.
De casa me trasladaron a Martín García y aquí estoy
no sé por qué y sin que me hayan dicho nada. ¿Qué me
decís de Farrel y Ávalos? Dos sinvergüenzas con el amigo.
Así es la vida.
En cuanto llegué, lo primero que hice fue escribirte.
No sé si habrás recibido mi carta que mandé certificada.
Te encargo le digas a Mercante que hable con Farrel para
ver si me dejan tranquilo y nos vamos a Chubut los dos.
Pensaba también que conviene si iniciaron algunos
trámites legales, le consultaras al doctor Gache Pirán,
juez federal, muy amigo mío, sobre la forma como debe
hacerse todo. Decile a Mercante que sin pérdida de tiempo
se entreviste con Gache Pirán y hagan las cosas con él.
Creo que se podrá proceder en el mismo juzgado federal
del mismo Gache Pirán.
El amigo Brosen puede serte útil en estos momentos
porque ellos son hombres de muchos recursos.
Debes estar tranquila, y cuidar tu salud mientras yo
esté lejos, para cuando vuelva. Yo estaría tranquilo si supiera
que vos no estás en ningún peligro y te encuentras
bien.
Mientras escribía esta carta me avisan que hoy viene
Mazza a verme, lo que me produce una gran alegría pues
con ello tendré un contacto indirecto contigo.
Estate muy tranquila, Mazza te contará cómo está
todo.
Trataré de ir a Buenos Aires por cualquier medio, de
modo que puedes esperar tranquila y cuidarte mucho la
salud. Si sale el retiro nos casamos al día siguiente y si no
sale yo arreglaré las cosas de otro modo, pero liquidaremos
esta situación de desamparo que tú tienes ahora.
Viejita de mi alma, tengo tus retratitos en mi pieza y
los miro todo el día, con lágrimas en los ojos. Que no
te vaya a pasar nada porque entonces habrá terminado
mi vida. Cuídate mucho y no te preocupes por mí, pero
quereme mucho que hoy lo necesito más que nunca.
Tesoro mío, tené calma y aprendé a esperar. Esto terminará
y la vida será nuestra. Con lo que yo he hecho
estoy justificado ante la historia y sé que el tiempo me
dará la razón.
Empezaré a escribir un libro sobre esto y lo publicaré
cuanto antes, veremos entonces quién tiene la razón.
El mal de este tiempo, y especialmente de este país, son
los brutos, y tú sabes que es peor un bruto que un malo.
Bueno, mi alma, quería seguirte escribiendo todo el
día, pero hoy Mazza te contará más que yo. Falta media
hora para que llegue el vapor.
Mis últimas palabras de esta carta quiero que sean para
recomendarte calma y tranquilidad. Muchos pero muchos
besos y recuerdos para mi chinita querida. 
 

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