viernes, 2 de marzo de 2012

"¿Quién puede juzgarnos, por amor?"


Carta de amor de Manuela Sáenz a Simón Bolívar:

Lima, a mayo 1 de 1825

A.S.E. General Simón Bolívar

Muy señor mío:

Recibí su apreciable que me disgusta mi ánimo por lo poco que me escribe; además que su interés por cortar esta relación de amistad que nos une al menos en el interés de saberlo triunfante de todo lo que se propone. Sin embargo yo le digo: no hay que huir de la felicidad cuando esta se encuentra tan cerca. Y tan solo debemos arrepentirnos de las cosas que no hemos hecho en esta vida.

Su Excelencia sabe bien como lo amo. Sí ¡con locura!

Usted me habla de la moral, de la sociedad. Pues bien sabe usted que todo eso es hipócrita, sin otra ambición de que dar cabida a la satisfacción de miserables seres egoístas que hay en el mundo.

Dígame usted: ¿Quién puede juzgarnos, por amor? Todos confabulan y se unen para impedir que dos seres se amen. ¿Por qué S.E. y mi humilde persona no podemos amarnos? Si hemos encontrado la felicidad hay que atesorarla. Según los auspicios de lo que usted llama moral, ¿debo entonces seguir sacrificándome porque cometí el error de creer que amaré siempre a la persona con quien me casé?

Usted mi señor lo pregona a cuatro vientos: “El mundo cambia, la Europa se transforma, América también”... ¡Nosotros estamos en América! Todas estas circunstancias cambian también. Yo leo fascinada sus memorias por la Gloria de usted. ¿Acaso compartimos la misma? No las habladurías, que no importunan mi sueño. Sin embargo, soy una mujer decente ante el honor de saberme patriota y amante de usted.

Su querida a fuerza de distancia

Manuela.


1 comentario:

  1. Una vez más me doy cuenta que toda historia de amor se nutre de los obstáculos que tienen que vencer dos amantes para encontrarse...

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