Mi adorada Manuela :
Recibí tu carta del 29 de Septiembre,
justamente en el momento más
ocupado , ocupación que he dejado de lado
para satisfacerme y atender
tus dulces palabras, que convierten
a mi corazón en un reloj
desacompasado por la nostalgia de no
tenerte entre mis brazos.
Tu sola me has robado el alma y yo
me ocupo solo de pensar en ti.
Nada distrae más mi atención y mis ocupaciones
que el interrogante de tu mirada
sobre mi amor hacia ti.
Que diré yo si no te tengo junto a mi?
Hagamos juntos un propósito!
Que sea a la hora del té, cuando tu te
conviertas a mis pensamientos
y los mios se vayan con los tuyos.
Te gusta? De todas maneras, esta
conexión solo tiene su triunfo en
la esperanza que tengo de regresar
y confundirme con tu aliento.
Tu amante idolatrado, que se muere por ti...!!!
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26 de noviembre de l825
Mi amor: ¿Sabes que me ha dado mucho gusto tu hermosa carta? (…) Lo que me dices de tu marido es doloroso y hermoso a la vez. Deseo verte libre, pero inocente juntamente; porque no puedo soportar la idea de ser el robador de un corazón que fue virtuoso y que no lo es por mi culpa. No sé cómo hacer para conciliar mi dicha y la tuya con tu deber y el mío. (…)
Bolívar
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Abril de 1824
Mi amor:
Mi amor:
Estoy muy triste a pesar de hallarme entre lo que más me agrada: entre los soldados y la guerra, porque solo tu memoria ocupa mi alma, pues solo tú eres digna de ocupar mi atención particular.
Me dices que no te gustan mis cartas porque te escribo con unas letras tan grandotas[3]; ahora verás, para complacerte, que chiquitico te escribo. No ves cuántas locuras me haces cometer para darte gusto. Etc, etc.
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La Magdalena , julio de 1826
Mi adorada:
¿Con que tú no me contestas sobre tu terrible viaje a Londres???!! ! ¿Es posible, mi amiga? !Vamos! No te vengas con enigmas misteriosos. Diga Vd. la verdad, y no se vaya Vd. a ninguna parte: yo lo quiero resueltamente.
Responde a lo que te escribí el otro día de un modo que yo pueda saber con certeza tu determinación.
Tú quieres verme, siquiera con los ojos. Yo también quiero verte, y reverte y tocarte y sentirte y saborearte y unirte a mí por todos los contactos. ¿A que tu no quieres tanto como yo? Pues bien, esta es la más pura y la más cordial verdad. Aprende a amar y no te vayas ni aun con Dios mismo.
A la mujer UNICA como tú me llamas a mí.
TUYO.
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